¿Sabías que al finalizar tu relación laboral tienes derecho a recibir una compensación económica por todos los conceptos pendientes de pago? Si quieres asegurarte de que no te están dejando nada en el tintero, este artículo es para ti. Aquí te explicaremos en detalle qué es el finiquito, qué debe incluir, cómo se calcula y qué hacer si no estás de acuerdo con lo que te ofrecen. No te pierdas esta guía completa que te ayudará a defender tus derechos.

¿Qué es el finiquito?

El finiquito es un documento legal que refleja la liquidación económica que la empresa debe entregar al trabajador cuando finaliza su relación laboral. Este documento no solo incluye el salario correspondiente al último periodo trabajado, sino también otros conceptos como las vacaciones no disfrutadas, las pagas extraordinarias devengadas y cualquier otra cantidad pendiente de pago.

El finiquito es un derecho de todos los trabajadores, independientemente de la causa de la extinción del contrato. Es importante destacar que el finiquito no es lo mismo que una indemnización por despido, aunque ambos conceptos pueden coincidir en algunos casos. Mientras que la indemnización depende del tipo de despido y la antigüedad del trabajador, el finiquito está enfocado en liquidar cualquier deuda pendiente entre la empresa y el trabajador.

Conceptos incluidos en el finiquito

El finiquito debe reflejar de manera clara y detallada todas las cantidades que la empresa adeuda al trabajador al momento de finalizar la relación laboral:

Salario de los días trabajados en el último mes

Uno de los primeros elementos que se incluyen en el finiquito es el salario correspondiente a los días trabajados en el último mes, desde el inicio del mes hasta la fecha de terminación del contrato. Este salario se calcula de forma proporcional al tiempo trabajado, es decir, si el trabajador deja la empresa a mitad de mes, solo se le pagará por los días trabajados hasta ese momento.

Por ejemplo, si un trabajador con un salario mensual de 1.500 euros deja su empleo el día 15 de un mes de 30 días, el cálculo sería:

1.500€ / 30 días = 50€ por día trabajado

50€ x 15 días trabajados = 750€

En este caso, el trabajador recibiría 750€ por los días trabajados en su finiquito.

Pagas extraordinarias devengadas

Las pagas extraordinarias son otro de los conceptos fundamentales que deben incluirse en el finiquito. En España, es común que las empresas ofrezcan dos pagas extraordinarias al año, generalmente en verano y Navidad. Si estas pagas no están prorrateadas en las nóminas mensuales, el trabajador tiene derecho a recibir la parte proporcional correspondiente a los días trabajados en el semestre.

Por ejemplo, si el trabajador finaliza su contrato el 30 de septiembre y la paga extra de Navidad se devenga desde el 1 de julio, se calculará la parte proporcional de la paga extra para los tres meses y 30 días trabajados hasta esa fecha.

Vacaciones no disfrutadas

Otro elemento clave en el cálculo del finiquito son las vacaciones no disfrutadas. En España, todos los trabajadores tienen derecho a 30 días naturales de vacaciones por año trabajado, lo que equivale a 2,5 días por cada mes trabajado. Si al finalizar la relación laboral, el trabajador no ha disfrutado de todas las vacaciones que le correspondían, la empresa debe compensarle económicamente por estos días.

Por ejemplo, si un trabajador ha acumulado 25 días de vacaciones a lo largo del año, pero solo ha disfrutado de 15, le quedarán 10 días de vacaciones por los cuales deberá ser compensado en el finiquito. Supongamos que su salario diario es de 50€:

50€ x 10 días = 500€

Este importe se incluirá en el finiquito como compensación por las vacaciones no disfrutadas.

Otros conceptos pendientes de pago

El finiquito también debe incluir cualquier otra cantidad que la empresa deba al trabajador y que no haya sido pagada hasta el momento de la finalización del contrato. Esto puede incluir horas extras no pagadas, comisiones, bonificaciones u otros incentivos. Estos conceptos deben ser calculados y abonados de manera proporcional al tiempo trabajado y a las condiciones pactadas en el contrato o en el convenio colectivo aplicable.

Por ejemplo, si un trabajador tiene derecho a una comisión por ventas realizada en el mes en curso, y esa comisión aún no ha sido pagada al finalizar la relación laboral, dicha comisión debe incluirse en el finiquito.

¿Cómo se calcula el finiquito?

El cálculo del finiquito puede ser una tarea compleja, ya que implica sumar todos los conceptos mencionados anteriormente y asegurarse de que cada uno se haya calculado correctamente. Es fundamental que el trabajador revise con detenimiento el documento del finiquito antes de firmarlo para asegurarse de que todas las cantidades son correctas y que no falta ningún concepto. Vamos a desglosar el cálculo del finiquito con un ejemplo práctico que incluya los conceptos más comunes:

Supongamos un trabajador con las siguientes condiciones:

Cálculo:

  1. Salario de los días trabajados:

1.800€ / 30 días = 60€ por día trabajado

60€ x 20 días trabajados en septiembre = 1.200€

  1. Parte proporcional de la paga extra de Navidad:

1.800€ / 365 días = 4,93€ por día

4,93€ x 81 días (1 de julio a 20 de septiembre) = 399,33€

  1. Vacaciones no disfrutadas:

30 días / 12 meses = 2,5 días de vacaciones por mes

2,5 días x 8 meses = 20 días de vacaciones acumuladas hasta septiembre

20 días – 15 días disfrutados = 5 días de vacaciones pendientes

60€ x 5 días = 300€

Total del finiquito:

1.200€ (salario) + 399,33€ (paga extra) + 300€ (vacaciones) = 1.899,33€

Este sería el importe bruto del finiquito que el trabajador debería recibir. Es importante recordar que sobre esta cantidad se aplicarán las correspondientes retenciones de IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social.

Derechos del trabajador al recibir el finiquito

Al finalizar una relación laboral, el trabajador tiene derechos específicos relacionados con la recepción del finiquito, que es importante conocer para asegurarse de que se cumplen correctamente. Uno de los aspectos clave es que el finiquito debe reflejar fielmente todas las cantidades adeudadas por la empresa. Además, el trabajador tiene derecho a recibir el finiquito el último día de su relación laboral o en un plazo razonable si no se ha podido entregar en ese momento.

Derecho a recibir el finiquito en el último día de trabajo

Por norma general, el finiquito debe entregarse al trabajador en el último día en que presta sus servicios a la empresa. Este es un derecho fundamental del trabajador y cualquier retraso en su entrega puede ser considerado como una falta grave por parte de la empresa. En casos excepcionales, donde por motivos justificados no sea posible entregar el finiquito en ese mismo día, la empresa debe hacerlo lo antes posible. El retraso en el pago podría dar lugar a una reclamación por parte del trabajador.

Derecho a la transparencia en los cálculos

El trabajador tiene derecho a que el cálculo del finiquito sea claro y transparente. Esto significa que la empresa debe proporcionar un desglose detallado de todos los conceptos incluidos en el finiquito, como los días trabajados, las pagas extraordinarias devengadas, las vacaciones no disfrutadas y cualquier otro concepto aplicable. Este desglose es esencial para que el trabajador pueda verificar que todas las cantidades son correctas y que no se le están adeudando importes adicionales.

Si el trabajador tiene alguna duda sobre los cálculos, tiene derecho a solicitar una aclaración a la empresa. Además, en caso de que el trabajador no esté de acuerdo con el finiquito, puede firmarlo «no conforme» o «pendiente de revisión», lo cual le permite reclamar posteriormente si descubre errores en el cálculo.

Derecho a estar acompañado por un representante legal

El Estatuto de los Trabajadores (artículo 49.2) establece que, en el momento de la entrega del finiquito, el trabajador tiene derecho a estar acompañado por un representante legal de los trabajadores. Esto es especialmente relevante en situaciones donde el trabajador pueda sentirse presionado o inseguro sobre las cantidades que se le están abonando. Si la empresa impide la presencia de un representante legal, el trabajador puede hacerlo constar en el propio documento del finiquito, lo cual podría ser relevante en caso de una futura reclamación.

¿Qué hacer si no estás de acuerdo con el finiquito?

Es posible que, al revisar el finiquito, el trabajador no esté de acuerdo con las cantidades que se le ofrecen. En estos casos, es necesario no firmar el documento sin antes tomar algunas precauciones que puedan proteger sus derechos y facilitar una posible reclamación posterior.

Firmar con la indicación «No conforme» o «Pendiente de revisión»

Una de las primeras acciones que puede tomar un trabajador que no está de acuerdo con el finiquito es firmarlo con la indicación «No conforme» o «Pendiente de revisión». Esto significa que el trabajador acepta haber recibido el documento, pero no está de acuerdo con las cantidades detalladas. Esta anotación es vital, ya que, sin ella, la firma podría interpretarse como una aceptación total del finiquito, dificultando futuras reclamaciones.

Solicitar una revisión y aclaración de los conceptos

En caso de discrepancias, el trabajador tiene derecho a solicitar una revisión detallada de todos los conceptos incluidos en el finiquito. Es recomendable que el trabajador pida esta aclaración por escrito, para dejar constancia de su solicitud y de la respuesta de la empresa. En muchos casos, los errores pueden ser corregidos de manera amistosa, evitando así la necesidad de iniciar un procedimiento legal.

Plazos para reclamar el finiquito

El plazo para reclamar el finiquito es de un año desde la fecha de finalización del contrato. Esto significa que el trabajador tiene un año para presentar una reclamación en caso de que considere que no ha recibido la cantidad correcta. Si la reclamación no se presenta dentro de este plazo, el derecho a reclamar caduca, y el trabajador pierde la posibilidad de recuperar las cantidades adeudadas.

En casos de despido, el trabajador tiene un plazo mucho más corto para impugnar el despido (20 días hábiles). Esto es importante porque si el trabajador quiere reclamar tanto el finiquito como el despido, debe presentar ambas reclamaciones de manera simultánea, para evitar que caduque el plazo del despido.

Conciliación y demanda judicial

Si no se llega a un acuerdo con la empresa, el trabajador puede presentar una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de su comunidad autónoma. Este paso es obligatorio antes de iniciar una demanda judicial y busca una solución amistosa entre las partes. En el acto de conciliación, se intentará llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.

Si la conciliación fracasa, el trabajador puede presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social correspondiente. En este caso, es muy recomendable contar con el apoyo de un abogado laboralista, quien podrá guiar al trabajador a lo largo del proceso y asegurarse de que todos sus derechos sean respetados.

El finiquito como documento liberatorio

El finiquito, una vez firmado, tiene carácter liberatorio para ambas partes, lo que significa que, en principio, pone fin a cualquier obligación económica entre el trabajador y la empresa. Sin embargo, este carácter liberatorio no es absoluto, ya que existen circunstancias en las que el trabajador podría impugnar el finiquito después de haberlo firmado.

Vicios en el consentimiento

Uno de los motivos por los que un finiquito podría ser impugnado es la existencia de vicios en el consentimiento. Esto significa que si el trabajador firmó el finiquito bajo coacción, intimidación, error o engaño, puede solicitar que se declare nulo. En estos casos, el trabajador deberá demostrar que su voluntad estuvo viciada en el momento de la firma, lo que puede ser un proceso complejo y que generalmente requiere la intervención de un abogado especializado.

Derechos irrenunciables del trabajador

Otra limitación del carácter liberatorio del finiquito es que no puede incluir la renuncia a derechos irrenunciables del trabajador. Por ejemplo, el trabajador no puede renunciar a derechos básicos reconocidos por la ley o por su convenio colectivo, como el derecho a una indemnización por despido improcedente o a recibir la parte proporcional de sus pagas extraordinarias.

Si el finiquito incluye una renuncia a estos derechos, esta cláusula puede ser considerada nula de pleno derecho y el trabajador podría reclamar las cantidades correspondientes ante los tribunales.

Posibles complicaciones al gestionar el finiquito

Gestionar el finiquito puede parecer un proceso sencillo, pero en la práctica pueden surgir varias complicaciones que dificulten la correcta liquidación de las cantidades adeudadas. Entre las más comunes se encuentran errores en el cálculo, retrasos en el pago o incluso la negativa de la empresa a abonar lo que corresponde. Entender estas complicaciones y saber cómo resolverlas es fundamental para proteger los derechos del trabajador.

Errores en el cálculo del finiquito

Uno de los problemas más frecuentes es que la empresa cometa errores al calcular el finiquito. Estos errores pueden surgir por diversos motivos: desde una interpretación incorrecta del convenio colectivo hasta un mal cálculo de las vacaciones no disfrutadas o de las pagas extraordinarias. Es fundamental que el trabajador revise minuciosamente todos los conceptos incluidos en el finiquito para asegurarse de que no hay errores.

Si se detectan errores, el trabajador debe solicitar una aclaración inmediata a la empresa. Es recomendable que esta solicitud se haga por escrito, para dejar constancia de la misma y facilitar una futura reclamación si la empresa no responde adecuadamente. Además, si los errores persisten, es aconsejable firmar el finiquito con la indicación «No conforme» y buscar asesoramiento legal para evaluar los pasos a seguir.

Retrasos en el pago del finiquito

Otra complicación común es que la empresa retrase el pago del finiquito más allá del último día de trabajo. Aunque puede haber circunstancias excepcionales que justifiquen un pequeño retraso, como errores administrativos o problemas bancarios, esto no debería ser la norma. Si el pago no se realiza en un plazo razonable, el trabajador tiene derecho a reclamar.

En estos casos, es recomendable que el trabajador se comunique formalmente con la empresa solicitando el pago inmediato. Si esta solicitud no es atendida, puede ser necesario iniciar un procedimiento de reclamación, primero a través del Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) y, si no se resuelve, ante el Juzgado de lo Social.

Negativa de la empresa a pagar el finiquito

En ocasiones, la empresa puede negarse a pagar el finiquito, ya sea porque considera que no debe ninguna cantidad o porque argumenta que el trabajador no tiene derecho a determinadas compensaciones. Esta negativa puede generar un conflicto laboral importante, que requiere una respuesta rápida y efectiva por parte del trabajador.

Si la empresa se niega a pagar el finiquito, el primer paso es intentar resolver el conflicto de manera amistosa. El trabajador puede enviar una solicitud formal por escrito, exponiendo las razones por las que cree que tiene derecho a recibir el finiquito y solicitando su abono en un plazo determinado. Si la empresa sigue sin atender la solicitud, el siguiente paso es presentar una papeleta de conciliación ante el SMAC.

En el acto de conciliación, se intentará llegar a un acuerdo entre las partes. Si no se alcanza, el trabajador tiene la opción de llevar el caso ante el Juzgado de lo Social, donde un juez determinará si la empresa está obligada a pagar el finiquito y en qué condiciones. Es recomendable contar con un abogado especializado en derecho laboral para guiar al trabajador a lo largo de este proceso.

Estrategias para asegurar un proceso fluido en la gestión del finiquito

Para minimizar las complicaciones al gestionar el finiquito, existen diversas estrategias que el trabajador puede emplear. Estas estrategias no solo ayudan a garantizar que el finiquito se reciba correctamente, sino que también permiten gestionar cualquier eventualidad de manera más eficiente.

Revisión exhaustiva del documento

Antes de firmar el finiquito, es fundamental realizar una revisión exhaustiva de todos los conceptos incluidos. El trabajador debe asegurarse de que se han contabilizado correctamente los días trabajados, las vacaciones no disfrutadas, las pagas extraordinarias y cualquier otro beneficio o compensación pendiente. Si se detecta alguna discrepancia, es mejor no firmar hasta que se aclare la situación.

Si es posible, es aconsejable contar con la asistencia de un representante legal o un abogado laboralista durante esta revisión. Un profesional con experiencia en derecho laboral puede detectar errores que el trabajador podría pasar por alto y ofrecer asesoramiento sobre cómo proceder.

Comunicación efectiva con la empresa

Una de las mejores maneras de asegurar un proceso fluido es mantener una comunicación clara y efectiva con la empresa. Desde el momento en que se notifica la finalización de la relación laboral, el trabajador debe solicitar una confirmación por escrito de las cantidades que se le adeudan y de la fecha en que se realizará el pago del finiquito.

Si surge algún problema, es recomendable documentar todas las comunicaciones con la empresa, incluyendo correos electrónicos, cartas o mensajes escritos. Esta documentación puede ser invaluable si se necesita presentar una reclamación formal más adelante.

No firmar bajo presión

Es importante que el trabajador no se sienta obligado a firmar el finiquito si no está completamente seguro de que los cálculos son correctos. Firmar bajo presión, especialmente si el documento incluye cláusulas de renuncia a futuras reclamaciones, puede dificultar enormemente cualquier intento posterior de impugnar el finiquito.

Si el trabajador tiene dudas, puede firmar con la anotación «No conforme» o «Pendiente de revisión». Esto le permite recibir el documento sin renunciar a su derecho a reclamar posteriormente. En casos de duda, es mejor tomarse el tiempo necesario para revisar todos los detalles o buscar asesoramiento legal antes de proceder.

Recurrir a la mediación y la conciliación

Si surgen complicaciones que no se pueden resolver directamente con la empresa, el trabajador debe estar preparado para recurrir a la mediación o a la conciliación. Estos procesos están diseñados para resolver conflictos laborales de manera más rápida y menos costosa que un juicio, y a menudo permiten llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

El acto de conciliación es una oportunidad para que el trabajador y la empresa discutan el finiquito con la mediación de un tercero imparcial. Si se llega a un acuerdo, este tiene carácter vinculante y puede evitar la necesidad de un juicio. Si no se alcanza un acuerdo, el trabajador tiene la opción de llevar el caso ante los tribunales.Gestionar el finiquito de manera efectiva es esencial para asegurar que el trabajador recibe todas las cantidades que le corresponden al finalizar una relación laboral. A pesar de que pueden surgir complicaciones como errores en los cálculos, retrasos en el pago o la negativa de la empresa a abonar lo que corresponde, existen estrategias claras para gestionar estas situaciones. Desde la revisión cuidadosa del finiquito hasta la documentación de las comunicaciones y el uso de la mediación o la conciliación, el trabajador tiene a su disposición diversas herramientas para defender sus derechos. Al final, contar con el asesoramiento de un abogado laboralista puede ser la mejor garantía de que el proceso se lleve a cabo de manera justa y sin contratiempos.